Tercer Mundo

Shake-scenes

Mainstream vs. underground.

“Stop being a bitch already, be a visionary”

Talib Kweli- Lions of Hip Hop

Con frecuencia se me ha criticado por hacerle reverencias a trabajos de gran éxito comercialargumentando -con toda la razón del mundo- que todavía quedan muchos artistas por descubrir y que ya se ha dicho lo que se debe sobre los más conocidos con lo cual estoy de acuerdo. Aun así no deja de molestarme todo el culto al underground por el puro placer de rechazar ciegamente las obras y los artistas del mainstream basándose en la mayoría de los casos en de prejuicios y esnobismo. Tony Hawk no dejará de ser un grande en la patineta. Efraim Medina Reyes no es mejor escritor que Enrique Vila Matas simplemente por el hecho de que uno sea underground y el otro ya sea aceptado como escultor de nuevos cánones en la literatura. Pienso que en contra de toda opinión, Zatu es el rapero en español con la técnica más depurada y que Eminem -a pesar de su triple platino- es asimismo un artista de peso. Hay películas ganadoras del Oscar que son obras maestras y películas ganadoras de festivales europeos que apestan. Todo esto deja caer una pregunta sobre la mesa: ¿Qué es lo que lleva una obra a ser un éxito simultáneamente crítico y comercial? Una vez leí en una revista española un artículo en el que se les preguntaba a varios escritores comerciales cuál era “la fórmula del bestseller”. Debo admitir que a este género, el de los bestsellers, si le tengo cierto prejuicio y que realmente me cuesta sentir curiosidad por cualquier obra que tenga la aceptación unánime del público (si le gusta a demasiada gente, sencillamente no puede estar bien). Nunca he sido muy amigo de una obra cuyo éxito reside únicamente en la dificultad técnica de su ejecución, me parece que ese papel ya lo desempeña el circo –con el respeto de las diferentes escuelas y estéticas que existen en él-, es el ingenio lo que me atrae de un trabajo. En mi opinión lo que hace que una obra trascienda, o al menos se incorpore en el culto popular -en la mitología cotidiana- es lo que mi amigo Alexander Bartolé llama el “humor shakesperiano”: los chistes para la plebe y los chistes para la elite. No puedo corroborar que sea cierta la anécdota histórica, pero aun en caso de que no lo fuera, ilustra bastante bien lo que pretendo plantear. Se dice que las obras que presentaba Shakespeare en El Globe eran divididas en dos tribunas; las de los ricos y las de los pobres, y que las risas se alternaban de una tribuna a la otra pero nunca se mezclaban (chistes para la plebe y chistes para la elite). La obra arrasaba y a Shakespeare se le dio el sobrenombre de Shake-scenes. Las películas de Pixar o de Dreamworks consiguen el mismo efecto, una multiplicidad de lenguajes amasados con sutileza en una sola película -chistes para los adultos, chistes para los niños, chistes de culto, humor clásico etc. -. ¿El resultado? una película que le gusta a todo el mundo. Más ejemplos: La trilogía de Matrix. Una historia metafísica y religiosa envuelta en una atmósfera de acción y ciencia ficción que muy ingeniosamente consigue hacer el entretenimiento interdependiente del planteamiento.

En el contexto histórico que habitamos a diferencia del de Shakespeare, no tiene sentido hablar de plebe y de elite -quien tiene acceso al arte, tiene acceso a la información-, lo correcto sería hablar de subordinados y de curiosos.

¿Qué más hace grande una obra, un artista, un artesano, o un atleta? La ejecución limpia, punto y aparte.

No pretendo decir que todo el mainstream sea bueno ni que todo el underground sea peor, son precisamente estas generalizaciones las que ataco, nunca dejaré de escupir con saña en los productores que abandonan la posibilidad de proponer una idea nueva o aventurarse a un camino oscuro e inexplorado ante la seguridad de repetir lo que ha funcionado en el pasado, o peor aun, un artista que se convierta en la perra de estos productores que a su vez son las perras del público y de la crítica. Igualmente ataco a los títeres del todopoderoso entretenimiento que no se atreven a ver algo diferente con ojos diferentes. Por otro lado siempre defenderé a cualquier artista que haya empujado su propuesta hasta donde nadie la había llevado antes. Muchos de los actuales profetas del arte vivieron en el Underground durante toda o gran parte de su vida (Kafka, Mozart, Van Gogh etc.).

¿Hay algo más importante que la ejecución limpia? Sí, el ingenio.

Ahora queda otra pregunta en el aire, ¿Es posible que un artista o una obra de talento indiscutible puedan huir del reconocimiento masivo, entre tanta cacería y masificación de medios? Creo que el rechazo a la diseminación de su obra –si es consciente- más bien representaría un esfuerzo por parte del artista, lo cual merece muchísimo respeto. Aun así, nunca faltarán personas con el síndrome de Max Brod, soñando con conocer al mejor pianista del mundo en un pueblo perdido en Etiopía y montar un video en Youtube.

-Lujo es aquello de lo que carecemos-.

Andoni Luís Aduriz- Clorofilia

“You don´t feel it then it must be to real to touch”
Run Rabbit Run- Eminem
“la energia es la fuerza que me lleva a escribir cada dia”
La Chupaya – Makiza

La fuerza, el furor, la energía o como se quiera llamar es un tema que se ha abordado en toda una diversidad de símbolos desde que existe el pensamiento escrito.
En el Zaratustra de Nietzsche hay un canto que dice: “¡Alpa! ¡Alpa! ¿Quién lleva su ceniza hacia la montaña”, en la traducción al inglés se le llama “The cry of Alpa”. En mi última visita a Venezuela tomándome unas birras en Sábana Grande conversaba sobre este tema con el historiador Guillermo Leal Mejías, me preguntó, “Qué coño significa aquello de Alpa?” Es una pregunta interesante, sobre todo si se toma en cuenta que Nietzsche era un excéntrico al que le gustaba inventar palabras. Lo busqué por Google y di con un texto del que me quedo con esta definición:

Analasah means one who is effulgent with life force.He can be called as
‘Alpa’. Al is the expression which stands for the entire alphabets of
Sanskrit. ‘Pa’ means a ruler. Alpa means a ruler (or emperor) of all the
letters

Lo cual me lleva a la cita de Robert Burton con la que Borges abre la biblioteca de Babel:

By this art you may contemplate the variation of the 23 letters…

Le envié la definición a mi profesor y me contestó lo siguiente:

Sobre ALPA, en traducción de Alianza Editorial del Zarathustra, los autores
dicen que el término carece de explicación, lo que choca de frente con este
mail que recibo de ti…Interesante.

Nietzsche era filólogo, un estudioso de la construcción de ideas a través de la palabra. Un poeta hace en mayor o menor medida lo mismo, en el Hip Hop, el Mc es un poeta que por lo general habla de su dolor transformado en ira y ego, para seguir caminando. “Lo único que incita a la reflexión y que mantiene viva una poesía es la inteligencia y también la valentía y la desesperanza.” dice el escritor Roberto Bolaño.
En mi opinión Bolaño se refiere a la inteligencia de tener valentía ante la desesperanza, lo cual probablemente es esta fuerza de la que tanto hablan los poetas. En la mitología y la épica moderna igualmente se habla del tema, desde George Lucas y su Star Wars, hasta Akira Toriyama y su Dragon Ball, historias de guerreros que a través de un entrenamiento inagotable buscaban su destrucción para hacerse más fuertes.
En la canción “Muestra de talento”, Tote King, hace una referencia a Star Wars, seguido por Frank-T, quien se presenta de la siguiente forma “Podéis llamarme el hombre de los noventa mil kilos de dolores”. La canción termina con Zatu abordando una vez más esta idea:

Jugar con fuego quema
Por eso juego con fuego y me quemo (nena)
Por qué no?
Por eso pongo un ritmo y me entreno
Si en este puto año ya no tengo freno

El dolor la nausea, la autodestrucción es otro tema que incluso los Mc´s mas ególatras, como es el caso de Dmx, incluyen en sus canciones.

Hey dog, I’ma walk like a beast, talk like the streets
I’ma stay blazin New York wit the heat
Stalk on the beat, walk wit my feet
Understand my pain, the rain ain’t sweet

Sin embargo todos hablan de esta fuerza. A comienzo de los noventa hubo un beef entre Jay-Z y Dmx, mucho antes de que se hicieran famosos, decidieron encontrarse en el Bronx y se dice que tuvieron una batalla de freestyle que duró tres horas. Respecto al tema Dmx declara lo siguiente: “Si hay algo que aprendí de esa batalla, es que no importa cuanta energía tuviera, lo importante era saber controlarla.”